Imaginación Psicocorporal

Dice Ibn Arabi, el gran sabio sufi del s XIII, referente internacional hablando de imaginación, que la imaginación es una cualidad del alma humana puente entre la materia y lo previo a la misma.

Según él, esta “sustancia” tiene dos direcciones operativas, por un lado genera memoria a partir de la experiencia sensorial y por otro le da forma a aquello que el “corazón sabe”.

La imaginación opera con el pensamiento, la imagen y la emoción.

Según lo vivido previamente, participa en cómo nos relacionamos con el entorno, los otros seres sintientes o las circunstancias, pero también vehiculiza lo nuevo, lo que creemos “inimaginable”.

La imaginación está tan presente que no nos damos cuenta de que somos algo diferente de ella y de que podemos manejar su participación en nuestra vida eligiendo al servicio de qué va a actuar.

Numerosos experimentos científicos nos muestran la cantidad de factores que influyen en nuestra percepción de las cosas y nuestra construcción mental del mundo: nuestra postura, la composición de nuestra microbiota intestinal, el entorno,…

La ciencia nos confronta con la dudosa precisión entre lo que recordamos y la objetividad de lo que nos ocurre y pone patas arriba la incuestionabilidad de los hechos que conforman nuestra autobiografía personal.

Hay estudios muy serios que aseguran que la longevidad y una buena vejez están estrechamente relacionadas con cómo nos contamos la historia de nuestra vida y cómo nos hace sentir la misma.

Entonces…¿por dónde empezar a ordenar todo eso y cómo trabajar para abrir el corazón, ir más allá de uno y de su entorno y expandir el potencial interior?

¿Hasta dónde o en qué contexto podemos decir “el cuerpo sabe” y cuándo toca “rendir” la voz del cuerpo a la del silencio? y ¿cómo lo hacemos con ACa?

Mi pretensión estos días es que, como mínimo, la imaginación pase a ocupar un espacio entre tus consideraciones a la hora de relacionarte con el mundo y contigo.

Sólo comparto en base a mi experiencia y mi estudio. Ellos me avalan y autorizan en su justa medida, no pretendo más.

Los textos y enseñanzas de varios maestros espirituales que me inspiran muestran lo complejo del asunto, de modo que me conformo con:

• despertar tu curiosidad por tu imaginación.
• empezar a mirarla a tu alrededor.
• entender las dos direcciones en que se expresa.
• posibilitarte jugar en serio con ella.